jueves, 18 de septiembre de 2008

Breve historia desconocida

Domingo a media tarde. Con las voces de un sueño reciente en la cabeza, iba caminando por la acera vacía, en aquella ciudad que nunca existió. Era un día sereno: el viento jugaba con los árboles y se perdía con las nubes caprichosas; la vida proseguía con inexorable placidez; algunos rayos de Sol tardíos llevaban el agradable calor del verano a las almas. No había gente a la vista. Era la única persona para su propia realidad. ¿Qué más podía pedir sino la tranquilidad de un paseo vespertino?

Sin embargo, el sueño no dejaba su mente. Sólo era consciente de que había soñado, sí, pero ¿qué era la escena que no podía reproducir, mas conocía a la perfección? Vagas reminiscencias del pasado... O del futuro... O simples coincidencias del cansancio con los mundos oníricos de la sinrazón. La ventana de su alma se empeñaba en permanecer abierta, en esos raros instantes en que vivir se confunde con el subconsciente, y no puedes tocar tu alrededor, sientes que todo cuanto te rodea es etéreo y se esfumará al menor contacto. Y la pregunta rondaba su confusión: ¿Qué es eso que no puedo olvidar?.

Proseguía su marcha con los ojos cerrados, absorta en sus cavilaciones. Y la brisa tenía un suave olor a fruta madura, a recuerdos y alegrías olvidadas; cada paso le llevaba a su destino sin saberlo. La caricia del ambiente le confortaba, más de lo que cualquier abrazo humano hubiera podido; cada suspiro del firmamento llegaba a sus oídos de forma tan sutil que sólo les conocía por la sensación provocada. En la suprema quietud de la abstracción. ¿Era eso alegría? Una pregunta más que no podía responderse. La fragancia del aire le guiaba; nadie más podía haberle indicado qué camino tomar, sólo el cálido flujo que rondaba por sus pulmones. Los ojos cerrados, y no más realidad. Un andar ciego, mas certero: el caminar seguro de quien se siente dueño de sí mismo.

Abrió los ojos, sin saber qué es lo que iba a encontrarse. Y los matices cobraron vida. Cada color se dibujaba en el horizonte, como si un arcoiris pudiera desvanecerse y perderse en trozos por el aire. La suave acústica de un silbido callado, casi un susurro, le contaba las historias olvidadas de la belleza. Y el sueño le rogaba que intentara descifrarle, volvió con más intensidad a su memoria.
Era un sueño calladito, pequeño y frágil. Empezó a narrar sus leyendas al oído de la chica, ahuyentando viejos temores de abandono. Una princesa en un castillo, fieros dragones decadentes, quizá un libro olvidado tiempo atrás. Y la fantasía reemplazaba lentamente al entorno, escuchando cada vez más reales las sombras de su pensamiento. Mientras el mundo se corrompía por alguna extraña enfermedad, un príncipe montado en níveo corcel luchaba por encontrar un arma sagrada, y las máquinas devoraban la urbanidad de las ciudades, al tiempo que elfos, hadas y ogros convivían con singular respeto. Ese había sido su sueño, no cabía duda. Y éste se aproximaba cada vez más a su corazón, hablándole con la ternura desconocida de la poesía inconclusa. Las historias brotaban de sí, cada palabra le llevaba un consuelo hasta entonces desconocido.

Cerró una vez más los ojos, y pudo ver cuanto su alma escuchaba.

Y he aquí que los colores se volvieron parte de ella, y una suave melodía brotó del aroma de media tarde, y su paseo se tornó en viaje introspectivo. Gracias al sueño que no se detuvo, que siguió insistiendo en abrazarle.

Llegó a casa, apenas dándose cuenta hasta que casi tropieza con la puerta. Entró sin mayor ceremonia, y dirigiéndose sin demora al viejo escritorio de la esquina, dejado de la mano del tiempo, tomó asiento frente a él, y comenzó a escribir.

domingo, 7 de septiembre de 2008

~

Sayonara...

jueves, 4 de septiembre de 2008

...?

¿Sigue en pie nuestra amistad?

Dijiste que estás resentida. ¿Y sabes qué? Me dijeron que no ruegue, me dijeron que me aguante, que no todo es mi culpa. Pero como siempre no me importa xD.

Así como tuve la cara para dejarte de lado, la misma tengo para darte lata de nuevo. Qué poca, ¿no? Qué desvergüenza.

Pero así me conociste, y así me tienes aún en el MSN aunque sea. No sé si en tu corazón.

No te quejes, así me dejaste entrar.

... :3

En verdad me alegra que estés mejor. Que vayas adelante. ¿Yo? Échame un grito cuando me necesites. Y te molestaré más seguido, mwahaha. Que no se diga que nada más te hablo cuando quiero quitarte el tiempo.

...Y si solo tienes ganas de hablar, con gusto escucharé ~ (8)


http://i300.photobucket.com/albums/nn23/D-Byakuya/twinkle.jpg

Aunque no sea la gran cosa, es para ti. Nadie dijo que yo supiera dibujar.

...[LL]