viernes, 7 de marzo de 2008

Daughter of mine.

...Y en la oscura habitación
Necesito oír tu voz.
Ahora duermes junto a mí
Esperaré...

¿Te acuerdas de la primera vez que me atreví a cantarte? Era de madrugada, y no tenía otro ruido que asesinara la quietud que la resonancia de mi voz pastosa por el sueño, y sin embargo tan viva, que sentí deseos de dedicarte una tonada. En ella vertí mucho del sentimiento que ahora tú ya conoces, lo que habita mi pecho, y las necesidades derivadas de tu presencia. Porque te quiero mucho, y es imperativa para mí tu felicidad.

En ese tiempo - el más largo que hemos pasado juntos, sin el rol o los juegos - me mostraste pequeños trocitos de tu existencia, lo que hay tras el monitor frío que, sin embargo, es capaz es transmitir más de lo que a veces queremos dejar escapar. Si el aire frío hubiera tenido tu voz, seguro es que me hubiese dejado abrazar por sus glaciares alientos.

¿Y por qué hago afán en recordar? Porque hago una a una las memorias de cada fotografía en mi cabeza; intento darte razones, encontrar motivos, para evitar que a la soledad vuelvas. Quizá mi propósito egoísta sea. No niego que me impulsa mucho la necesidad de no perderte. Pero más allá de lo que mi corazón clama, está la innegable voluntad de verte feliz. Si las circunstancias son adversas, quisiera ser tu escudo. Y si hay viento, toma mi alma y haz de ella un velero, a contracorriente remonta en busca de tu porvenir.

Si amaneciera sin tí
Yo no sé qué sería de mí...

Me atrevo a aventurar no soy el único que te quiere en demasía. De manifiesto me ha quedado que tu chico te ama sobremanera... Aún cuando, como me has dicho, quizá asfixiante resulte. Y es eso lo que me retiene muchas veces a no empujarte más hacia lo que yo creo tu bienestar, o a no querer insistir en ciertas cuestiones... Mis deseos acuciantes deben esperar antes de provocar siquiera un rasguño en tu corazón. Lo que quería vieras entre líneas hace rato, cuando decidí compartirte lo que yo veo como mi razón, es una simple cosa. Cada que soy lastimado, me doy cuenta que es más lo que tengo, que lo que he perdido.

Quizá podrías argumentarme que, en principio, son situaciones enteramente diferentes. Coincido en ello. En lo que sí no estoy dispuesto a condescender es en que la frase que remarqué no pueda aplicarse a ti. Si me golpeasen mil veces, con tan sólo una que tú te ocuparas de mis heridas, desde la mínima cicatriz hasta las heridas sangrantes valdrían la pena. Quisiera que tú lo vieras así. Muy probablemente no conmigo, debo admitir que aún me pregunto si soy siquiera el indicado para dejarte estas notas. Mas vuelvo a ofrecerme a ti, como confidente, como amigo, como padre... Como el ser humano que en verdad de ti sólo espera una sonrisa, esbozada en completa sinceridad.

...Y si desde la distancia sólo tengo el placer de leerte, pues que siga así mientras no haya más solución. Pero habrá un día que te daré todos los abrazos que te debo. Y te pregunto ahora: ¿Me esperarás?

El primer rayo de sol
Me ilumina el corazón
Te distingo junto a mí
Mi salvación...

Si hacen falta palabras
Para expresar la melancolía
Toma las mías, no las necesito
Si estás conmigo, niña mía.

Te quiero muchísimo. En verdad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Padre es hermoso.. Tus palabras son hermosas..

Siempre te he dicho ue escribes mejor que yo y aun no lo aceptas..

Eres un amor y mil gracias, aunque no se que pasara.. Pero gracias por todo

Atte

Tu Pequeña.