viernes, 26 de junio de 2009

Indignación.

Sentado frente al luminoso monitor
(las horas muertas transcurren sin cesar)
iluminado por el foco moribundo del lugar;
leyendo sin parar, abstraído, con fervor,
pensando a dónde llegará este lugar.
Veo un país condenado por su gente,
un paraíso derrochado en la banalidad,
destruido no solo por la gente "decente",
sino por todos aquellos que se sientan a esperar.
¿Cómo es posible que el mismo mexicano
desperdicie su vida sin obrar el milagro
de tomar las armas y levantarse a luchar?
¿Es que acaso no puede tomarse un descanso
de la basura idiota que nos han enjaretado
y por breves instantes, ponerse a pensar?
Me indigna la venda que ponemos en la mirada
ante la necesidad del amigo, ante el dolor tuyo
ante los versos tristes del payaso cansado,
ante la vida desfalleciente de los desamparados,
ante la Patria secuestrada por un millonario,
ante la espera vana de quien quiere un mañana
libre de culpas, miedo y desgracias
- que en lugar cómodo se siente, ya se cansará -
del hombre honrado que quiere trabajar.

Vivo en un país de paradisiacas playas
donde al paisano se niega la mano
y se tiende al ajeno el brazo y el corazón.
Abrimos los ojos ante los males de otros
pero no mitigamos el peso de su cruz;
antes repudiamos el olor de su cuerpo
cansado, agobiado por tantos recuerdos
de tiempos en que otro eran el aire y la luz.
Espero con ellos un día aciago
en que la guerra barra con toda la faz
de mi país adorado, capturado por el terror,
enceguecido por modas, por odio y desvío,
dividido por la falta de amor cultural.
Es el Edén un lugar escondido
entre los verdes linajes de ascendencia antigua;
mas, ¡qué importa! ¡Los vecinos de arriba
lo han comprado para hacer un hostal!
Que las clases pudientes hagan sus refugios
allá donde el monte crecía con hierbas;
que todos lloren la pérdida del idiota
que envenena a la juventud con melodías pendejas.
Ay, México, tan lejos de tu Dios apagado,
y al mismo tiempo tan cerca de los negados
Estados Unidos de la Puta Norteamérica.
Me pregunto si un día veré tus pecados
y pensaré que es cosa de historias eternas.
Hoy te lloro, mi tierra, con el dolor campesino
de quien vive en desgracia y cría su tierra
para apenas levantar la mirada subyugada
y ver cómo por el césped ruedan las cabezas.
Los Zetas secuestran la realidad mexicana,
la televisión aparta a las ideas inteligentes,
llenamos nuestro estómago de comida industrializada,
adoramos a los estúpidos, porque son pudientes.
Vestimos nuestros armarios de ropa cara
y vendemos nuestra dignidad por collares de plástico,
que nos tienen amarrados a la vigilante armada
de los Estados Unidos Norteamericanos.

¿Dónde queda el orgullo de mi país?
¿Escondido tras un nopal, encerrado en la sierra?
¿Tragado por las bestias de otras tierras?
¿Qué ha sido siempre de la sociedad?
¿Por qué sus entrañas se pudren, sempiternas?
¿Qué le pasa a la gente, presa y callada,
quejándose ante todo y actuando ante nada?
Si vienen los tiempos de caídas tremendas,
quiero ser yo quien levante las alas,
y haga algo por esta, mi Patria.
México, lugar de costumbres desconocidas
para los propios mexicanos, desgracia eterna.
Hacia el Norte todos sin pensar nos largamos
y despreciamos la herencia de nuestras horas amargas.
¿Dónde queda la inconforme batalla
que libran las mentes contra la industrializada
sociedad de consumo que a todos amarra?

¿Cuándo, Dios mío, levantarás la mano
sobre estas personas que sin cesar aplastas?
¿Cuándo dejarás de mandar a tus curas
que ciegan los ojos de las movibles masas?
¿Desde cuándo es pecado pensar diferente
e indultas al pedófilo, perdonas al avaricioso
que en tu iglesia fomenta el horror de la perdición?
Regalamos el dinero a los parásitos sociales
haciéndolo en nombre de la "santa religión".
Criticas al negro, al homosexual y al ateo,
niegas a todos la libertad de expresión.
Linchas al que quiere levantar la mirada
del suelo en que nos tiene la cruel represión.

¿Es que acaso no podremos nunca
escapar de nuestra autolabrada prisión?
Yo, ¡protesto!, levanto mis palabras
- inútil gesto, mañana serán nada -
esperando que alguien escuche mi clamor.
Porque si somos humanos, pensantes e indignados
¿Qué razón tenemos para acallar al corazón?
Estoy cansado, hagamos algo
(un movimiento, una idea, un breve descanso)
por salvar nuestras mentes de la degeneración...




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Estoy cansado, en verdad. Por favor, empecemos a abrir los ojos y la inteligencia. Leamos, creemos, inventemos y levantemos este mundo. Yo soy mexicano. Pero todos estamos igualmente reprimidos.

Es un solo favor el que pido. Seamos libres e individuales.

Pensemos.

~ H

2 comentarios:

Carlos dijo...

¡Que bonito escrito we! Sin más.

Me uno a la indignación y al dolor que igual siento.

Si no cambiamos, no cambiará nada.

saludos

HibikyWolf dijo...

Un gran escrito. Quisiera que se pudiera unificar ese pensamiento en los seres realmente pensantes. No es peyorativo, solo quiero decir que hay mas gente que como tu, quiere, desea, anhela que algo pase.